El poeta Alfredo Piquer Garzón vuelve a alzarse en la palabra, esta vez lo hace bajo el hechizo de la mitología clásica, por la fascinación de lo olvidado y por los pecios de todos nuestros naufragios.
"Tu oscuro nombre", el nuevo título que la editorial Cuadernos del Laberinto publica en su colección Anaquel de poesía, es un reconocimiento, un compromiso ardiente que señala la importancia de la memoria.
"Tu oscuro nombre", el nuevo título que la editorial Cuadernos del Laberinto publica en su colección Anaquel de poesía, es un reconocimiento, un compromiso ardiente que señala la importancia de la memoria.
Es el propio poeta quien reconoce que este, su cuarto poemario, está escrito desde la sinceridad, e insiste en que la poesía es todo menos un acto mecánico. La poesía implica desgarro a pesar de la hipotética retórica, y es por eso que la poesía —la obra de arte— es quien nos utiliza como meros artífices.
Oscuros nombres; tu oscuro nombre. Porque todos los nombres que denominaron hechos, personas, vivencias, sentimientos, se oscurecen poco a poco en la memoria; la oscuridad envuelve asimismo las palabras dichas y los pecios de todos nuestros naufragios. Y porque alguno de esos nombres tuvo tal vez brillo especial y por eso, una vez apagada su luz, su oscuridad es aún más profunda, más dolorosa.
No solamente los nombres de otros, sino los nombres de todos los que nosotros mismos fuimos. No solamente los nombres reales o los nombres que conocimos en el lapso de nuestro tiempo vital ya transcurrido sino los nombres de la Historia, o del Arte, los que existieron o los nombres de la ficción, los que nos dejaron sin embargo una impronta, una huella real que nos conformó en lo que somos de igual manera. Con todo, oscurecidos progresivamente en el tiempo, como en el túnel que forman dos espejos enfrentados repitiendo nuestro propio reflejo. Porque mientras nos adentramos en uno de sus lados, sin posibilidad de retorno, el otro lado se sume progresivamente en una oscuridad cada vez más densa.
Arranca la 75 edición de la Feria del Libro de Madrid y la editorial Cuadernos del Laberinto (caseta 193) contará el sábado 28 de mayo, entre 13 y 14.30 horas, con la presencia de ALFREDO PIQUER GARZÓN. Una cita ineludible con la poesía, con quien quiera conocer en persona a un escritor sincero y valioso.
Oscuros nombres; tu oscuro nombre. Porque todos los nombres que denominaron hechos, personas, vivencias, sentimientos, se oscurecen poco a poco en la memoria; la oscuridad envuelve asimismo las palabras dichas y los pecios de todos nuestros naufragios. Y porque alguno de esos nombres tuvo tal vez brillo especial y por eso, una vez apagada su luz, su oscuridad es aún más profunda, más dolorosa.
No solamente los nombres de otros, sino los nombres de todos los que nosotros mismos fuimos. No solamente los nombres reales o los nombres que conocimos en el lapso de nuestro tiempo vital ya transcurrido sino los nombres de la Historia, o del Arte, los que existieron o los nombres de la ficción, los que nos dejaron sin embargo una impronta, una huella real que nos conformó en lo que somos de igual manera. Con todo, oscurecidos progresivamente en el tiempo, como en el túnel que forman dos espejos enfrentados repitiendo nuestro propio reflejo. Porque mientras nos adentramos en uno de sus lados, sin posibilidad de retorno, el otro lado se sume progresivamente en una oscuridad cada vez más densa.
Arranca la 75 edición de la Feria del Libro de Madrid y la editorial Cuadernos del Laberinto (caseta 193) contará el sábado 28 de mayo, entre 13 y 14.30 horas, con la presencia de ALFREDO PIQUER GARZÓN. Una cita ineludible con la poesía, con quien quiera conocer en persona a un escritor sincero y valioso.
Me llama con un canto de tiempo,
con música de besos que suena entre sus labios
en sus ojos oscuros, su enardecida piel;
creciente el pelo como una luna espléndida
de hierba mecida por el viento.
Se detiene el arroyo a aprenderse su risa
y las estrellas paran su trayectoria oscura
contemplando su luz.
La vida se transforma en un gozo de espera
luminosa y ardiente cuando anhelo sus brazos,
cuando me llama con sus ojos oscuros
y cantan nuestros besos una canción de viento
y tiempo y hierba, de estrellas y de arroyos,
cuando llega y se encuentran, mi piel enardecida,
mis labios con sus labios.
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