Miren Fernández-Nimo se traslada a Barcelona con todos los gastos
pagados para ocupar un cargo de gerencia en una clínica
importantísima: su fundador es el doctor Ángel Febles, un hombre
rico y aparentemente generoso, con un magnetismo impresionante,
dedicado a que el final de los seres humanos sea lo más digno
posible. Por ello Febles creó la Unidad Elisabeth Kübler-Ross,
dirigida por el doctor Oscar Lacuey; un lugar donde morir
dignamente.
Pero lo primero que se encuentra Miren en su trabajo -aparte de los intentos de seducción de su jefe- son cartas de denuncia sobre la Unidad, insistentes peticiones de que investigue qué ocurre allí -donde está prohibida la entrada-, y la muerte accidental y algo sospechosa del hombre que ocupaba su puesto cuando ella llegó.
Por si esto fuera poco, cada vez que Miren trata de dormir se encuentra con montones de hombres y mujeres apareciéndose en sus sueños y tratando de darle un mensaje. Ella sólo recuerda los nombres, y en algún momento eso será definitivo para que comience una carrera casi contrarreloj en la cual Miren intenta descubrir qué gran misterio se esconde en la Unidad Kübler-Ross y tras los personajes que llevan ese espacio protegido del hospital (Febler, Lacuey y hasta la hermana Estrella).
Pero lo primero que se encuentra Miren en su trabajo -aparte de los intentos de seducción de su jefe- son cartas de denuncia sobre la Unidad, insistentes peticiones de que investigue qué ocurre allí -donde está prohibida la entrada-, y la muerte accidental y algo sospechosa del hombre que ocupaba su puesto cuando ella llegó.
Por si esto fuera poco, cada vez que Miren trata de dormir se encuentra con montones de hombres y mujeres apareciéndose en sus sueños y tratando de darle un mensaje. Ella sólo recuerda los nombres, y en algún momento eso será definitivo para que comience una carrera casi contrarreloj en la cual Miren intenta descubrir qué gran misterio se esconde en la Unidad Kübler-Ross y tras los personajes que llevan ese espacio protegido del hospital (Febler, Lacuey y hasta la hermana Estrella).
Miren Fernández-Nimo se traslada a Barcelona con todos los gastos
pagados para ocupar un cargo de gerencia en una clínica
importantísima: su fundador es el doctor Ángel Febles, un hombre
rico y aparentemente generoso, con un magnetismo impresionante,
dedicado a que el final de los seres humanos sea lo más digno
posible. Por ello Febles creó la Unidad Elisabeth Kübler-Ross,
dirigida por el doctor Oscar Lacuey; un lugar donde morir
dignamente.
Pero lo primero que se encuentra Miren en su trabajo -aparte de los intentos de seducción de su jefe- son cartas de denuncia sobre la Unidad, insistentes peticiones de que investigue qué ocurre allí -donde está prohibida la entrada-, y la muerte accidental y algo sospechosa del hombre que ocupaba su puesto cuando ella llegó.
Por si esto fuera poco, cada vez que Miren trata de dormir se encuentra con montones de hombres y mujeres apareciéndose en sus sueños y tratando de darle un mensaje. Ella sólo recuerda los nombres, y en algún momento eso será definitivo para que comience una carrera casi contrarreloj en la cual Miren intenta descubrir qué gran misterio se esconde en la Unidad Kübler-Ross y tras los personajes que llevan ese espacio protegido del hospital (Febler, Lacuey y hasta la hermana Estrella).
Y todo será sorprendente, para Miren y para el lector. Cuando la
novela da comienzo tienes la impresión de que no te cuenta nada que
ya no sepas, nada excepcionalmente nuevo, al menos a aquellos que
conocemos algo el mundo de las ECM (experiencias cercanas a
la muerte) aunque sí lo hará con quien no conozca el tema.
La cuestión es que te introduce de forma suave, ligera, con un
simple ejemplo que define ese túnel que se ve tras la muerte y la
luz que se percibe al fondo. Después de esto Care
Santos te lleva de la mano (férrea, no te suelta ni un
momento) suavemente por las horas y los días de Miren con su nuevo
puesto, los intentos de seducción de su jefe -ella misma reconoce
al inicio que caerá en su trampa-, y esos pequeños detalles que te
indican que detrás de esta biografía se esconde "algo más".
Los sueños de Miren, el estado patético de Córcoles -el anterior gerente- y su insistencia en que se haga caso a las denuncias, la absoluta prohibición de que se entre en la Unidad Kübler-Ross, el extraño personaje que la dirige (Óscar Lacuey)… son varias las notas de atención que te indican que mientras crees que estás navegando en una historia de intriga y amor, al final del camino se esconde algo peor, algo que es mejor saber cuanto antes o no saber jamás.
Tenía mis dudas de que pudiera hacerse una novela con este tema de fondo que pudiera resultar del todo creíble y emocionante, y Care Santos me ha demostrado que sí se puede. Por supuesto, ella ha sido lista, ha derivado la novela hacia la biografía de un nuevo Charles Manson, de esos que sabes que o están muertos o seguirán aterrorizando al país (como ocurre con el Manson original al que no permiten salir de la cárcel por temor a que siga hipnotizando a los más pirados, pues desde detrás de las rejas sigue consiguiéndolo). Asi pues, "Hacia la luz" comienza como una novela sencilla pero interesante que apetece leer, y termina como un thriller, pero concluye además con un cóctel explosivo.
Cuando se abre la caja de Pandora, todo lo que conocemos sobre Febles, los amigos del doctor, su ayudante, su matrimonio, sus obsesiones, el orfanato que funda y, sobre todo, la unidad Kübler-Ross, explota en nuestras manos.
Care Santos ha creado a un nuevo psicópata con una biografía de lo más completa y creíble. Para temblar.
Los sueños de Miren, el estado patético de Córcoles -el anterior gerente- y su insistencia en que se haga caso a las denuncias, la absoluta prohibición de que se entre en la Unidad Kübler-Ross, el extraño personaje que la dirige (Óscar Lacuey)… son varias las notas de atención que te indican que mientras crees que estás navegando en una historia de intriga y amor, al final del camino se esconde algo peor, algo que es mejor saber cuanto antes o no saber jamás.
Tenía mis dudas de que pudiera hacerse una novela con este tema de fondo que pudiera resultar del todo creíble y emocionante, y Care Santos me ha demostrado que sí se puede. Por supuesto, ella ha sido lista, ha derivado la novela hacia la biografía de un nuevo Charles Manson, de esos que sabes que o están muertos o seguirán aterrorizando al país (como ocurre con el Manson original al que no permiten salir de la cárcel por temor a que siga hipnotizando a los más pirados, pues desde detrás de las rejas sigue consiguiéndolo). Asi pues, "Hacia la luz" comienza como una novela sencilla pero interesante que apetece leer, y termina como un thriller, pero concluye además con un cóctel explosivo.
Cuando se abre la caja de Pandora, todo lo que conocemos sobre Febles, los amigos del doctor, su ayudante, su matrimonio, sus obsesiones, el orfanato que funda y, sobre todo, la unidad Kübler-Ross, explota en nuestras manos.
Care Santos ha creado a un nuevo psicópata con una biografía de lo más completa y creíble. Para temblar.
(Por Anika
Lillo)
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